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jueves, 10 de abril de 2014

El mito de Edipo

5°Biológico

El mito de Edipo.

Edipo es el protagonista de una de las leyendas más célebres de la literatura griega, después del ciclo troyano. [...] Las aventuras de Edipo viven entre nosotros sobre todo por las formas trágicas.
Edipo pertenece a la raza de Cadmo. Su bisabuelo, Polidoro, es hijo de Cadmo. Tiene por abuelo a Lábdaco, hijo de Polidoro y Nicteis, quien, a su vez, desciende, por su padre Nicteo, de Ctonio, uno de los Espartoi, los hombres nacidos de los dientes del dragón. Su padre es Layo, hijo de Lábdaco. Todos los antepasados de Edipo reinaron en Tebas, si bien con algunas interrupciones, según la forma más conocida de la tradición [...].
La madre de Edipo representa un importantísimo papel en la leyenda. [...] En las tragedias aparece con el nombre de Yocasta. [...]
Al nacer, pesó ya sobre Edipo una maldición. En la tradición representada por Sófocles, se trata de un oráculo que habría declarado que el niño nacido de Yocasta <<mataría a su padre>>. [...]
Para impedir que se cumpliese el oráculo, Layo expuso a su hijo recién nacido. Le había perforado los tobillos para atarlos con una correa y la hinchazón producida por esta herida valió al niño el nombre de Edipo, que significa <<pie hinchado>>. Existen dos versiones distintas sobre este episodio: ora se cuenta que el niño recién nacido fue metido en una canasta y arrojado al mar, ora que fue abandonado en el monte Citerón, cerca de Tebas. En la primera versión, el lugar en que fue expuesto se ubica en la costa septentrional del Peloponeso, ya en Sición, ya en Corinto. Allí lo encontró la reina Peribea, esposa del rey Pólibo, que lo recogió y lo crió. En la otra versión se contaba que el niño había sido expuesto en una vasija, en pleno invierno. Lo recogieron unos pastores corintios que se encontraban en la comarca con sus rebaños, y como sabían que su rey no tenía hijos y deseaba uno, se lo ofrecieron. En la versión seguida por Sofocles, el criado del rey Layo, encargado por su amo de exponer al niño, lo entregó a los pastores extranjeros. Sea de ello lo que fuere, todas las versiones coinciden en el nombre del padre putativo de Edipo: es siempre Pólibo [...].
Edipo pasó toda su infancia y adolescencia en la corte de Pólibo, de quien creía sinceramente ser hijo. Pero, llegado a la edad viril, abandonó a sus padres adoptivos, por un motivo que varía según los autores. La versión más antigua parece ser la siguiente: Edipo habría partido en busca de unos caballos robados, y de este modo habría encontrado, sin saberlo, a su verdadero padre, Layo. Posteriormente, los trágicos introdujeron móviles de menor simplicidad psicológica. Con ocasión de una riña, un corintio, para insultar a Edipo, le había revelado que no era hijo del rey, sino un niño recogido. Edipo había interrogado a Pólibo, quien, con muchas reticencias, acabó confesándole que era verdad. Entonces Edipo partió para Delfos, con objeto de consultar al oráculo y saber quiénes eran sus verdaderos padres.
Sea lo que fuere, en el curso de este viaje Edipo se encontró con Layo. El lugar del encuentro difiere según los autores [...] Cuando el heraldo de Layo, Polifontes (o Polipetes), tras de ordenar a Edipo que cediese paso al rey, mató uno de sus caballos al no ver obediencia a su orden con presteza, Edipo, encolerizado, dio muerte a Polifontes y a Layo, con lo cual quedó cumplido el oráculo. En esta última versión, Edipo regresaba de Delfos, donde el oráculo le había vaticinado que mataría a su padre y casaría con su madre. Lleno de terror, y creyendo firmemente que era hijo de Pólibo, había resuelto desterrarse voluntariamente; por eso se encontraba en la ruta de Tebas cuando Layo, al mandar insultarlo [...] se atrajo su ira.
Al llegar a Tebas, Edipo se encontró con la Esfinge. Era un monstruo mitad león y mitad mujer, que planteaba enigmas a los viajeros y devoraba a los que no sabían resolverlos. Generalmente preguntaba: <<¿Cuál es el ser que anda ora con dos, ora con tres, ora con cuatro patas y que, contrariamente a la ley general, es más débil cuantas más patas tiene?>>. Había también otro enigma:<<Son dos hermanas, una de las cuales engendra a la otra y, a su vez, es engendrada por la primera>>. La respuesta al primer acertijo es: <<El hombre>> - porque camina, cuando niño, a cuatro patas, luego con las dos piernas y, finalmente, se apoya en un bastón -. La respuesta al segundo es: <<El día y la noche>> (el nombre del día es femenino, en griego; es, pues, la <<hermana>> de la noche). Pero ningún tebano había sabido resolver nunca estos enigmas, y la Esfinge los devoraba uno tras otro. Edipo vio las respuestas de inmediato, y el monstruo, despechado, se precipitó desde lo alto de la roca en que se posaba, o bien fue Edipo quien lo arrojó al abismo. [...]
Al matar a la Esfinge y librar del monstruo a los tebanos, Edipo se ganó el favor de toda la ciudad. Para demostrar su agradecimiento, los habitantes de Tebas le dieron en matrimonio a la viuda de Layo y lo elevaron al trono. [...]
Sin embargo, pronto se descubrirá el secreto del nacimiento de Edipo. Sófocles, quien ha construido su tragedia Edipo Rey a base del reconocimiento de Edipo. Una peste está asolando la ciudad de Tebas, y Edipo envía a Creonte a Delfos para interrogar al oráculo sobre la causa de esta plaga. Creonte vuelve con la respuesta de la Pitia: la peste no cesará en cuanto no se haya vengado la muerte de layo. [...]

Grimal, Pierre. Diccionario de mitología griega y romana.
 Ed. Paidós. BS. AS. 2010

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