Buscar este blog

domingo, 2 de abril de 2017

Narrativa del siglo XX. W. Faulkner y Ray Bradbury


6° Derecho 1 Liceo N° 1 Doctor Alfonso Espínola


NARRATIVA DEL SIGLO XX

La narrativa refleja la crisis del concepto de realidad propia del siglo XX. Si bien, aún subsisten las novelas que procuran ser un reflejo fiel del mundo circundante, poco a poco los objetivos se transforman.


NARRATIVA S. XIX Y PRINCIPIOS DEL S. XX


La narrativa que se desarrolló a principios del siglo XIX y principios del siglo XX aspiraba a reproducir de la manera más exacta posible la realidad, con el propósito de enjuiciar sus desajustes y conflictos.
Por tanto, el centro del interés narrativo son las acciones del protagonista, ubicado en un tiempo y espacio definidos, para insertarse en una sociedad que muchas veces le era hostil. De esta forma, la empresa del protagonista refleja los valores individualistas y competitivos de la mentalidad burguesa, y la describe en sus mínimos detalles o explora la psicología del comportamiento humano. Así, el interés del novelista estaba en recorrer la historia de modo lineal, con un criterio de causalidad entre los hechos, y apuntaba hacia el examen moral de la conducta.
En este sentido, el lenguaje empleado es sencillo, directo, sin ambigüedades o símbolos, sirve como medio para describir el lugar de los sucesos, las acciones y los caracteres de los personajes. Los espacios y ambientes en que se desarrolla la acción y se desenvuelven los personajes es, en general contemporáneo al momento en que se escribe la novela; es un fondo histórico real para los acontecimientos ficticios pero creíbles en que se encuentran comprometidos los personajes. El narrador es omnisciente ya que conoce todos los hechos acaecidos y puede meterse en la conciencia de sus personajes. En relación a la estructura, la novela clásica presenta un desarrollo lineal de la anécdota, en el que pueden distinguirse con claridad un marco, un desarrollo y un desenlace. Por su parte, el tiempo, respeta el orden cronológico de los sucesos.

DESDE LA SEGUNDA DÉCADA DEL SIGLO XX

Con el estallido de la primera guerra mundial, se desencadenaron cambios profundos en la estructura narrativa, que rompió con las formas clásicas y transformó tanto los contenidos como las técnicas expositivas utilizadas. Pasado de lo mimético a lo simbólico: nada de imitación de la realidad objetiva. Esto supone la sustitución de los escenarios conocidos por espacios imaginarios; a veces el narrador se instala resueltamente y desde un principio en una atmósfera inverosímil y absurda, sin necesidad de brindar explicaciones al respeto.
En el siglo XX se ha sustituido lo exterior por lo interior, y fundamentalmente por lo inconsciente. Se explora la interioridad, el ensueño, el recuerdo. Así, la trama, en lugar de una sucesión de acontecimientos, se transforma en una fluencia de asociaciones de ideas, se torna caótica, confusa, porque el destino humano se percibe como el reino de lo absurdo. El hilo anecdótico tradicional de la novela realista ha desaparecido. Hay una visión de la realidad mucho más fragmentada. Desaparece el relato cuya tensión e intriga se concentraba en el desenlace que pudieran tener las ambiciones del protagonista y la estructura de la sociedad comienza a ser seriamente cuestionada.
Los personajes pierden la importancia que tenían como protagonistas, como individualidades, para convertirse en arquetipos dela conducta contemporánea, incluso llegando a ser antihéroes. Son reflejo del hombre gris, anónimo, cotidiano, que deambula por el mundo en busca de claves vitales. No son previsibles, tienen varias facetas y nos sorprenden al actuar: pueden elevarse a héroes en un capítulo para volver a la mezquindad en el siguiente. Pues no solo se narran los grandes acontecimientos de los personajes, sino especialmente los hechos menores, cotidianos, los pensamientos recurrentes.
Hay un ahondamiento psicológico en los personajes. Aparece la técnica del monólogo interior, que consiste en la reproducción que el narrador hace, sin previo ordenamiento, de la fluencia de ideas y asociaciones de pensamientos, tal como se generan en su cabeza. La utilización de esta técnica genera una sensación de caos, porque al reproducir el torrente del pensamiento aparecen como simultáneos espacios, tiempos y motivos distintos.
El tiempo ya no es lineal, esto se relaciona con el creciente subjetivismo, que hace que no interesen el tiempo ni los espacios físicos, objetivos, sino cómo son vividos por los personajes de la narración. Lo que ahora interesa es el mundo interior. En el inconsciente el tiempo como dimensión cronológica pierde su significación; pasado, presente y futuro se viven alternativa, caprichosa y hasta simultáneamente. El tiempo no transcurre, se hace lento o realiza saltos.
La narrativa de los últimos años se ha visto a menudo organizada como un "collage" de varias versiones de los acontecimientos narrados, de modo que hay varios narradores, cada uno de los cuales presenta los hechos desde su punto de vista. La voz en tercera persona, típica de la narrativa tradicional, deja paso a narradores equiscientes o infrascientes, con lo cual el receptor debe buscar por sí mismo la verdad o falsedad de las palabras o acciones de los personajes. El narrador no conduce a quien lee hacia certidumbres indiscutibles, y los finales muchas veces no parecen tales.

NARRATIVA NORTEAMERICANA

Resulta indiscutible la importancia del aporte norteamericano al cine, teatro y narrativa del siglo XX. Nos ubicamos en un país de grandes aglomeraciones urbanas, donde el éxito es fundamental y donde predomina una visión pragmática que asocia lo verdadero con lo útil. Esta situación ha sido a menudo enjuiciada por sus escritores, en una literatura de protesta social que perdura hasta nuestros días.
A comienzos del siglo XX surgen escritores que son a la vez periodistas que investigan temas enojosos para el gobierno. Se los llama “muck rakers”, revolvedores de basura, en obvia metáfora de su temática.
La desilusión posterior a la primera guerra mundial trae consigo un grupo de escritores como Ernest Hermingway, John Dos Passos o William Faulkner que se conocen como “generación perdida”. En cualquier caso el nombre sugiere alienación, inseguridad, vacío y conciencia de generación en una época de grandes cambios y crisis morales e ideológicas. Estos escritores, procedían de la clase media estadounidense y veían en el arte el medio de romper con su clase conformista a través del liberalismo y el radicalismo. No seguían los modelos de los escritores estadounidenses anteriores y esperaban reafirmarse con los intelectuales europeos.

Los años veinte son los “años locos”, época de auge económico y comercial, de liberación femenina, de renovación del arte en general, años de euforia que terminan con el quiebre económico de 1929. A partir de allí la temática narrativa se orienta a temas sociales como la discriminación racial o étnica, reclamos obreros, consumismo alienante y otros. En este contexto va perfilándose poco a poco una nueva narrativa, denominada: CIENCIA FICCIÓN.



WILLIAM FAULKNER (25 de septiembre de 1897, New Albany, Misisipi, Estados Unidos - 6 de julio de 1962, Byhalia, Misisipi, Estados Unidos).



Faulkner pertenece cronológicamente a la generación pero culturalmente es más correcto situarlo en relación con otros escritores del Sur. Su narrativa posee algunas particularidades;ofrece en sus relatos una interpretación apasionada de las complejidades de la mente del hombre del Sur de los EEUU, sin caer en el pintoresquismo ni en el regionalismo. Demuestra que las experiencias narrativas y las innovaciones de Proust y Joyce no constituyen un callejón sin salida para la narrativa. También hará una narrativa de la memoria, intentará la recuperación crítica del pasado y aplicará el monólogo interior para permitir la exploración de las complejidades del hombre.


PARTICULARIDADES DE WILLIAM FAULKNER

Técnicamente presenta algunas características que podrían resumirse del siguiente modo:
a) Técnica caleidoscópica para producir el asedio de una realidad que se fragmenta y se multiplica en los múltiples narradores.
b) Anulación del narrador omnisciente.
c) Ruptura de la línea temporal.
d) Uso del monólogo interior.
e) Aplicación de retardos y elipsis narrativos (elude u omite datos importantes).
f) Comunicación de experiencias de modo subjetivo.
g) Interpolaciones, paréntesis (técnica del puzzle).
h) Técnica presentativo-ocultativa.

Los rasgos anteriores determinan la complejidad estilística de Faulkner que se suman a la extraordinaria capacidad fabuladora para presentar historias que intrigan y sorprenden al lector, exigiéndole a este una actividad interpretativa permanente.

LA OBRA DE FAULKNER y EL SUR

Presenta una interpretación histórico - fabuladora de su región natal desde el siglo XIX hasta mediados del XX. A partir de Sartoris (1929) descubre las posibilidades para la narrativa de su mundo (el que conocía desde pequeño en los relatos de los mayores), la inagotabilidad del mismo y el recurso de trascender lo real a través de lo fabulado. Esto le permitía una máxima libertad como creador. Dominado por una minoría blanca y conservadora, el Sur permanecía impermeable a los cambios con una estructura social de corte feudal que resiste en los hechos a la aplicación del abolicionismo. Era fundamentalmente una sociedad agrícola que resiste el influjo creciente de la industrialización (que proviene del Norte). Se haya detenida en el recuerdo de la guerra civil con sus rencores y remordimientos; a esto se suma su bajo nivel económico y cultural. La región se caracteriza por ser una zona cálida y húmeda con una mayoría de población negra descendientes de esclavos; las opulentas familias del pasado están arruinadas o en decadencia; la tierra agotada, el clima social reboza de amargura, rencor, falso orgullo y frustración. Se vive en el culto del pasado. Por estos motivos, el Sur desarrolla una actitud cerrada y apasionada (con una moral de gheto).
Faulkner recrea ese mundo mediante la paciente elaboración de un universo centrado en el mítico condado de Yoknapatawpha, cuya capital (mítica también) será Jefferson y que se encuentra en el Estado de Mississipi. El nombre Yoknapatawpha proviene de la fusión de dos vocablos en la lengua chickasaw que significan tierra dividida.
Presenta como mundo cerrado y ficcional las siguientes características generales:

a) Se da una tragedia social en el plano colectivo (enfrentamiento entre la cultura blanca y negra).
b) Unido a lo anterior, expresa una tragedia moral: un pasado que pretende eternizarse en el presente.
c) Presenta conflicto de sentimientos (lo individual y lo familiar; lo intelectual y lo natural; el instinto y el pecado).
d) Su universo ficticio se constituye en un microcosmos a la vez mítico y real. Faulkner lo creó, lo pobló, le dio una historia y hasta elaboró un mapa del lugar (aparece publicado al final de Absalom, Absalom (1936) donde humorísticamente se señala: Propiedad de W. Faulkner).
e) Ese espacio mítico funciona como antecedente del Macondo, de García Márquez; de Santa María, de Onetti; de Comala, de Rulfo.

Faulkner trabaja sus historias en una escala de proporciones épicas (Sartoris, por ejemplo), hundiéndose en lo mítico. Su tema es casi siempre la decadencia, que se muestra a través de las conductas humanas en que dominan la apatía, la debilidad, la vileza y la locura. La decadencia social arrastra siempre una decadencia moral. El drama de los individuos se proyecta siempre en una escala más amplia donde el problema del Sur tiene el peso y el significado de una grandiosa tragedia histórica y social mientras concluye la aristocracia terrateniente y surge una nueva oligarquía comercial. En el medio, el Sur se deshace en actos de vicio y muerte: es la denominada fatalidad del Sur.

Estos trece: Relatos de variada extensión (la guerra, 4; Yoknapatawpha, 6; universales, 3). El número trece encierra tal vez una visión trágica (fatalista) de la vida. Faulkner no completa el sintagma (…cuentos, ejemplos, mundos, etc.). Una rosa para Emily pertenece a la segunda sección del libro.



CIENCIA FICCIÓN o FICCIÓN CIENTÍFICA

Se origina en el siglo XX, si bien tiene sus raíces en el pasado. Su nombre une las idea de ciencia; conocimiento racional, exacto, y sistemático, con la de ficción; producto de la imaginación, elementos de fantasía.
Ahora bien: ¿Qué es la “Ficción científica”?La falta de unanimidad en la definición adopta múltiples variantes, desde las más restrictivas a las más inclusivas. (…) Sin embargo, algunas características intrínsecas asoman con alguna evidencia. La ficción científica constituye fundamentalmente una vertiente literaria muy cercana a la fantasía, en cuanto a su no necesaria referencia a acontecimientos ocurridos u ocurribles. No obstante, la misma similitud encierra la diferencia. Mientras en la fantasía nunca suceden episodios verosímiles, en la ficción científica pueden adelantarse lo que vendrá o ensayarse hipótesis luego verificables científicamente. De hecho, la ficción científica ha anticipado el uso de la bomba atómica y los viajes a la Luna (De la Tierra a la Luna, de Julio Verne). La fantasía siempre tiende a lo inverosímil; la ficción científica no siempre, el propio ingrediente científico la dota de otro rigor. Una definición comprensiva y amplia parece la del propio Asimov: “Es la rama de la literatura que trata sobre las respuestas humanas a los cambios en el nivel de la ciencia y la tecnología”. La aparición a menudo de máquinas o principios científicos en la anécdota adquiere normalmente relevancia”.
De esta forma, la ficción científica o ciencia ficción, propone una evasión del mundo real contemporáneo, pero al mismo tiempo las situaciones narradas se basan en hipótesis sobre algún descubrimiento innovador de cualquier tipo, en el dominio de la ciencia y la tecnología, o aún de la pseudo ciencia y pseudo tecnología. Así, propone un misterio, con explicación científica más o menos creíble, en un futuro lejano.
La ciencia ficción “soft”(blanda) es una narración de aventuras que puede tener errores y exageraciones científicas, en tanto la “hard”(dura) plantea personajes científicos y da explicaciones veraces de los hechos que narra. En general la ciencia ficción muestra la inquietud del hombre del siglo XX frente a los vertiginosos avances científicos. En ellas el tiempo esencial es el futuro; muestran qué futuro puede resultar de ciertas acciones humanas.
En las décadas del ´20 y del ´30 la literatura norteamericana se vio invadida por publicaciones populares y sensacionalistas llamadas “pulps” (hechas con papel barato, pulpa de papel, de ahí su nombre), que muchas veces se ubicaban en el espacio, con armas, monstruos y naves imaginarios, en historias sin base científica alguna, llamadas “space opera”. Después de la segunda guerra mundial desaparecen los pulps y surgen los “fanzines”, publicaciones de aficionados, de escaso tiraje y circulación limitada, cuyo tema era frecuentemente la ciencia ficción. Se crean clubes de escritores, congresos y premios dentro de este género. Los años ´50 y ´60 representan la época de oro de la ciencia ficción, con autores como Ray Bradbury, Isaac Asimov, Arthur Clarke y Theodore Sturgeon, entre otros.

ALGUNAS CARACTERÍSTICAS Y ELEMENTOS QUE SUELEN APARECER EN LOS RELATOS DE FICCIÓN CIENTÍFICA

  • En ellos la imaginación está limitada por la lógica científica.
  • El autor nos muestra mundos futuros para reflexionar acerca del presente: cómo somos y cómo nos proyectamos como miembros de la RAZA HUMANA, poniendo en evidencia nuestras virtudes y defectos.
  • En ocasiones presenta futuros Utópicos, en la medida en que se muestre una civilización mejor que la actual, un mundo mejor, con mayores progresos, en paz, equilibrado, con la tecnología facilitándole la vida al ser humano, con contactos con extraterrestres benévolos que nos ayuden, con vidas ideales y positivas.
  • En otras oportunidades el futuro presentado puede ser distópico, cuando el mundo representado es peor que el actual, planteando cómo sería la vida luego de una era pos-nuclear, una época apocalíptica, con graves catástrofes ecológicas, el dominio de un gobierno mundial tiranizando a la población, la guerra con otros mundos, entre otras posibilidades.
  • Los personajes: desde los más cómunes representantes de tipos sociales hasta los propios de este subgénero; robots, andorides, inteligencia artificial, clones, mutantes, extraterrestres, astronautas, científicos, hombres con superpoderes, entre otros.
  • El tiempo de estos relatos se sitúa en un futuro, ubicando, en ocasiones, los acontecimientos en años exactos.
  • El espacio, dependiendo el relato; hay espacios naturales, arquitectónicos, geográficos, y artificiales, ha sido representado a partir de detalladas descripciones; hay también representación de otros planetas y galaxias. El espacio, puede aparecer como tema de reflexión científica, planteando la superposición de espacios, las diferentes dimensiones, entre otros.
  • Los temas son variados: el tiempo, suele ser uno de ellos; reflexionar acerca de los viajes en el tiempo, la superposición de tiempos, la relatividad del tiempo o la alteración del tiempo, se tienden a plantear teorías científicas acerca de estas posibilidades. El avance de la tecnología. La evolución de la ecología. El contacto con vida extraterrestre, como espejo de la raza humana. La ambición del ser humano y sus consecuencias. Las relaciones sociales y su proyección futura, el sentido de la civilización. Los límites éticos de los avances científicos. Todos estos son temas de fondo que siempre aparecen, más allá de las historias de aventura y acción que se lleven a cabo en el relato.
  • Verosimilitud, el autor imagina las historias y el vínculo con la ciencia es lo que las hace verosímiles, es decir, creíbles (se apoya en las investigaciones y los avances científicos).
  • Lenguaje; es común que se emplee vocabulario técnico-científico y se apliquen algunas teorías o se documente acerca de objetos y leyes científicas.


RAY BRADBURY (22 de agosto de 1920, Waukegan, Illinois, Estados Unidos - 5 de junio de 2012, Los Ángeles, California, Estados Unidos).



SU UBICACIÓN LITERARIA Y CARACTERES GENERALES DE SU NARRATIVA

Sin duda, el más famoso y difundido de los escritores de la ficción científica contemporánea es el norteamericano Ray Bradbury, nacido en 1920 en Illinois. Forma parte de la más importante generación de escritores estadounidenses de ficción científica, aquella que publica sus obras fundamentales por la década del 50.
No solo en la ficción científica incursiona Bradbury. Es más, sus obras fantásticas y realistas superan con creces a las que abordan aquella modalidad. Inciden indudablemente su falta de conocimientos científicos sólidos y su prevención ante varios artefactos de la tecnología contemporánea.
Incluso la escasa ficción científica trabajada por Bradbury se tiñe de pinceladas fantásticas. De las dos modalidades fundamentales del género –una lógica, fría y rigurosamente científica, bautizada como ficción científica “dura” y otra más emocional, cálida y humanística– Bradbury entra de lleno en la segunda. Sus cohetes espaciales surgen poco menos que por generación espontánea. Importan en cuanto fuentes para aplacar la sed de conocimientos del hombre. Cuando aparecen en sus relatos, ya se usan cotidianamente y se han popularizado. Cualquiera viaja en ellos, no solo los especialistas.
Bradbury no describe instrumentos, no fundamenta nada teóricamente, sus máquinas para viajar en el tiempo, los robots y demás aparatos funcionan mágicamente. Cada máquina oficia simplemente de excusa para la búsqueda literaria y metafísica.
Puede decirse que Bradbury es, al mismo tiempo, el autor más elogiado y denigrado de la ficción científica actual. Si por un lado se ha podido decir que es el único escritor “verdadero” en medio de una pléyade de folletinistas y autores populares más o menos hábiles, por el otro se lo ha acusado de “institucionalizar” la ficción científica y de convertirla en una divulgación sentimental y romántica en que la ciencia ha sido desplazada casi por completo.
Corresponde observar que estamos en presencia de la obra de ficción científica más lograda en el sentido estrictamente literario. Lejos de ser un aficionado, Bradbury conoce todos los artificios y recursos de las letras contemporáneas, y los usa con una prudencia y con una agudeza que quisieran para sí muchos novelistas y cuentistas “serios”. Las frías especulaciones de los “escritores-científicos” están ausentes en su narrativa. Sus relatos y novelas cortas están sostenidos por una fluidez narrativa y una imaginación inagotable.
Los cuentos de las Crónicas marcianas nos ponen en presencia de seres extraterrestres con las mismas preocupaciones que los de la Tierra, salvo detalles de aspecto y fisiología; en el fondo, el choque resulta doloroso porque unos quieren abolir la “individualidad” de los otros. Los terribles niños de algunos de los cuentos de Bradbury, que entregan sus padres como pasto para los leones, son una anticipación de lo que puede ocurrir en el futuro, si se consuma la total entrega a la tecnocracia y al maquinismo.

Bibliografía:
Eugenio Lynch: La ficción científica. CEDAL, Bs. As., 1971.
Lauro Marauda: Un conejo en una galera espacial: sobre Ray Bradbury, El hombre ilustrado y Crónicas Marcianas. Editorial Técnica, Montevideo, 1996.


No hay comentarios:

Publicar un comentario