Grupo 4° año
MITO
DE APOLO Y DAFNE
[...]
Se representaba a Apolo como un dios muy hermoso, alto, muy notable
especialmente por sus largos bucles negros de reflejos azulados, como
los pétalos del pensamiento. No es de extrañar que tuviese
numerosos amoríos con Ninfas y con mortales.
Así,
amó a la ninfa Dafne, hija del dios río Peneo, en Tesalia. Esta
pasión se la había inspirado el rencor del dios Eros, irritado por
las mofas de Apolo, que le había hecho objeto de burla porque se
ejercitaba en el manejo del arco – esta era, en efecto el arma por
excelencia de Apolo -. la ninfa no correspondió a sus deseos y huyó
a las montañas. Como el dios lo persiguiera, cuando estaba a punto
de ser alcanzada dirigió una plegaria a su padre, suplicándole que
la metamorfosease para poder permitirle escapar a los abrazos del
dios. Su padre consintió en ello y la transformó en laurel (árbol
consagrado a Apolo). [...]
Extraído
de: Grimal, Pierre. Diccionario de mitología griega y romana. Ed.
Paidós. Bs As 2010
El
mito posee diversas versiones, entre ellas, una, un tanto más amplia
plantea que el rencor del dios Eros fue inspirado por perder un
torneo en el que competía con Apolo, para definir quién manejaba
mejor el arco y la flecha, entonces, como venganza, acertó una
flecha en Apolo inspirándole inmenso amor por Dafne, mientras que en
ella acertó otra flecha en que le inspiraba total aversión hacia
Apolo. En consecuencia, este amor nunca se podría concretar.
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