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domingo, 25 de mayo de 2014

INFORMACIÓN SOBRE "LA VIDA DE LAZARILLO DE TORMES, Y DE SUS FORTUNAS Y ADVERSIDADES"

GRUPOS: 4°1,  4°2 Y 4°3.

Información sobre Lazarillo.


La literatura de ficción en la España de mediados del siglo XVI, comprende varios tipos de narración:

  1. La novela de caballería, cuyo modelo más prestigioso fue el Amadís de Gaula. En ella se narran las hazañas de un héroe casi invencible, que lucha contra todo tipo de enemigos, hombres, magos o monstruos fabulosos. Ama a damas de pureza y belleza única y a su vez es amado por ellas. Todo en un mundo fantástico de constante maravilla.
  2. La novela sentimental. El arquetipo está en Cárcel de amor. Relato de amores apasionados y trágicos de una pareja que procura vencer dificultades casi insalvables.
  3. La novela pastoril. Surge después de 1550 y su modelo más perfecto es la Diana de Montemayor.

La narración trata de temas amorosos, con pastores rodeados de una naturaleza artificial.
Estos diferentes tipos de novela tienen una nota coincidente, suponen siempre una evasión, una huida a otros mundos que nada tienen que ver con la realidad. La aparición del Lazarillo es entonces curiosa. La autobiografía del niño hambriento en un mundo hostil, entre personas humildes, sin hazañas, ni amores admirables, marca una antítesis muy evidente con la literatura de la época.

Publicación.

En el mismo año, 1554, aparecen tres ediciones, dos de ellas españolas – la de Burgos y la de Alcalá – y una tercera, la de Amberes, flamenca. Tienen diferencias entre sí y no hay acuerdo acerca de la cronología de las tres ediciones. Para algunos la edición príncipe estaría en la de Burgos. Otros se inclinan por una edición príncipe anterior perdida.
La obra se difundió en España hasta que en 1559 la Inquisición la prohibió, incluyéndola en el Índice Expurgatorio. En 1573, aparece una versión expurgada bajo el nombre de Lazarillo castigado. Se le suprimieron dos tratados, el IV y el V (fraile de la Merced y el del Buldero) y algunos trozos intercalados.

El problema del autor.

No se puede dar una identidad que se apoye en datos certeros. La crítica además, no se ha puesto de acuerdo en cuanto a la relación autor – protagonista. Para algunos, la sátira de la obra, demasiado amarga, revelaría una experiencia directa de la vida. Para otros, se trata de una biografía fingida: un escritor culto y atento de la realidad adopta la personalidad de Lázaro y de esta manera enjuicia la situación de su época.

El Lazarillo de Tormes y la novela picaresca.

Es tradicional vincular la novela con uno de los subgéneros narrativos que florecen en España desde fines del siglo XVI hasta mediados del siglo XVII: la novela picaresca. ¿Pero realmente podemos tomar esta obra como tal? Para aclarar el punto debemos partir de una premisa simple: no hay novela picaresca sin pícaro. Las características de este tipo humano fue resumida así por el crítico alemán Ludwig Pfandl “El pícaro del siglo XVII es un mozo nacido de padres pobres y de baja extracción, rara vez honrados, el cual por culpa de malas compañías o por falta de instrucción, al verse lanzado a la confusión de la vida y entregado a sí mismo, cae en la vagancia, se aparta del trabajo y lucha contra la vida como puede, con osadía y falta de escrúpulos, con engaños, malicias y malas artes... Su distintivo exterior es el aspecto andrajoso, pero no la deformidad física. Sus ocupaciones son, el pedir limosna; los bajos trabajos de ocasión, el vagar perezosamente de ciudad en ciudad... Su carácter ha sido envilecido por la ascendencia unas veces, siempre por el medio. La necesidad lo hace desvergonzado y sin escrúpulos... pero a pesar del hambre, los fracasos... no quisiera ser otra cosa que lo que es, no cambiaría su libre y despreocupada existencia por una sedentariedad honorable, a cambio de una cama y de un techo”.
Si tomamos esta definición como base, es fácil concluir que Lázaro no es un pícaro y que solo coincide en los rasgos exteriores: mozo sin recursos que lucha contra un mundo hostil. Pero a partir de aquí, aparecen las diferencias.
Lázaro busca vivir de su trabajo y en cuanto puede se establece en un oficio que le permita integrarse a la sociedad. Sus engaños nunca bordean la delincuencia, son resultado del hambre a que lo somete la misma sociedad.
En definitiva, no incluimos la novela en el rótulo de la picaresca, pero si reconocemos que es un claro antecedente, por la cantidad de coincidencias que se dan con las novelas picarescas posteriores. Veamos estas coincidencias:

  1. Utilización de la forma autobiográfica, es decir, el protagonista relata en primera persona sus aventuras.
  2. Pintura de la sociedad que aparece a través de la narración, representada en personajes de distintas clases sociales.
  3. Intención doctrinal o moralizante, que en ocasiones puede faltar. En el Lazarillo esto se hace evidente en el Prologo y en alguna intervención esporádica en el tiempo, pero no entorpece la narración.

Ubicación político – social.

La novela aparece en las postrimerías del reinado de Carlos V. Es la época de mayor esplendor que alcanza España en toda su historia. Económicamente recibe cuantiosas fortunas de sus colonias. Sus fábricas trabajan sin descanso para los mercados americanos. El lujo y la arrogancia de la corte y de las clases dirigentes es conocido de todos. En este momento aparece el Lazarillo, haciendo antítesis curiosa, pues la acción transcurre enteramente en ambientes de pobreza y egoísmo y cuyo tema más reciente es el hambre. Para explicar este hecho es necesario observar la otra cara de la situación española: la interna. Así llegamos a una España empobrecida. Las permanentes guerras costaron inmensas fortunas al tesoro español. Los aumentos y contribuciones aumentaron constantemente, afectando sobre todo a los comerciantes, clase media y bajo pueblo. Por otra parte, la incapacidad productiva y fabril del español aparece en ese desdén por la actividad comercial, prefiriendo vivir dentro de ilusiones que le hablan de grandezas pasadas.
Se podría pensar que el autor del Lazarillo se basó en esta realidad de clase media y bajo pueblo. Lo fundamental es que “el autor muestra algo más genérico y universal: las distintas ubicaciones del pobre y el rico en la escala social, pero con el mismo interés en poseer”.

Estructura.

Es posible distinguir en la novela dos estructuras o construcciones íntimamente ligadas.

  1. Estructura externa.

Se basa en la definición de Lázaro como “mozo de muchos amos”. De esta forma la novela contará en primera persona la vida de un mozo de servicio, que pasa de amo en amo, durante los años de adolescencia y juventud. Esto trae la introducción de una galería de personajes secundarios, cada uno en su ambiente característico. La novela logra así una doble motivación: a) narrar la vida de Lázaro y b) dar una visión de una realidad contemporánea mediante la descripción de tipos y costumbres, pero también de una intención satírica de los mismos.
De esta forma, la obra estructurada sobre siete tratados, nos informa de nueve oficios cumplidos por Lázaro, lo que significa nueve amos distintos. Estos nueve amos no tienen la misma importancia ya en lo que se refiere al lugar que ocupan en la novela, ya en la incidencia que tienen en la educación de Lázaro.
El autor tampoco se limita a pintar los amos y la relación que los une con Lázaro, sino que aprovecha la oportunidad para mostrarnos el ambiente que rodea a cada uno de ellos. Nos muestra su comportamiento social, así como también su comportamiento privado. Esto significa que cada personaje hace entrar en la novela un trozo de la realidad, que le es indispensable al autor para ambientar el carácter y el oficio del amo. Los datos de esa realidad no son cuantiosos, porque lo fundamental para el autor es el personaje.

  1. Estructura interna.

Se basa en el mismo título de la novela “ola vida de Lázaro de Tormes y de sus fortunas y adversidades”. Esta estructuración se fundamenta en la narración autobiográfica que Lázaro dirige a una tercera persona: historia de amos y ambientes pero, por sobre todo, historia de su formación, de su educación en la escuela de la vida, única conocida por el protagonista.
De esta forma, los episodios y personajes cobran un valor distinto al que apuntábamos cuando vimos la estructura externa. Nos interesan, no por ellos mismos, sino por la acción que ejercen sobre Lázaro, por su contribución a la creación de una personalidad, de una conducta, de una visión de lo que es el mundo y sobre todo, de cómo se debe actuar en él.

Extraído de: Veiga de Gienochio, Eduardo. Introducción al Lazarillo de Tormes. Ed. Técnica. S.R.L. Montevideo. 1976

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