LA
REVOLUCIÓN ROMÁNTICA
Una
forma de vivir y una reacción
Según
Eduardo Ospina, “el romanticismo muestra ser expresión
directa de la vida y un concepto especial de la vida”,
denotando con esto una actitud, una forma de ser y comportarse ante
la realidad circundante que va más allá de lo aparente y se
manifiesta en consideraciones superiores de sensibilidad pura. Ahora
bien, también puede ser considerado una exaltación del
individualismo y del sentimiento,representando una corriente de
renovación en las ideas que daría como resultado la asunción de
nuevos modos de pensar y de actuar frente a una cambiante realidad.
En literatura fue la protesta contra las reglas y la moral
neoclásicas; la personalidad libre del escritor frente a las normas
y a todos los valores establecidos.
Como
movimiento histórico-cultural, el romanticismo se constituye en
oposición al clasicismo, es decir, a la autoridad de la norma y de
la academia. Desde sus orígenes, es una rebelión al orden
establecido que supone la vida en sociedad. Propugna la exaltación
de valores medievales y supone la plena libertad del hombre a través
de sus manifestaciones psicosociales mayores (autonomía, sueño,
individualismo).
Origen
del término
El
término en mención es utilizado por primera vez en Europa por Jean
Jacques Rousseau, quien en sus “Ensueños de un paseante
solitario” de 1776-1778, da al paisaje que observa la
denominación de novelesco (roman-tique), de carácter
novelesco o que sucede como en las novelas, siendo ésta la
primerísima aparición del término que llegaría a hacerse común
para referir todo aquello que exaltara los sentidos y los
sentimientos: un paisaje, un poema, una tonada. De esta primera
mención como concepto, el sentir romántico pasa luego a ser
considerado como movimiento filosófico-existencial en Alemania,
convirtiéndose luego en un credo, el romanticismo. También
será un modo de vivir y pensar la realidad. Se repite que la
religión universal del romanticismo es el panteísmo, la creencia de
que todo es Dios y Dios lo es todo, emparentando la realidad con su
realizador.
El
importante aporte procurado por el romanticismo al hombre que lo
asume y vive es el de otorgarle una visión trágica de las cosas, un
modo de asumir la vida frente a una realidad cambiante, que lo
desborda y abruma y de la cual el romántico es testigo fiel.
Los
temas románticos
La
exaltación del instinto, el sentimiento, la imaginación y lo
intuitivo se manifestaban abiertamente en el romanticismo, liberando
a la poesía y a la prosa del asfixiante racionalismo.
El
romanticismo propone la sustitución de la mitología grecorromana,
por lo maravilloso medieval y por el mundo sobrenatural cristiano,
llenos de inquietudes, de sueños y fantasías que posiblemente nunca
llegarían a realizarse, pero que permitían pensar un mundo mejor.
En el momento en el cual el romanticismo empieza a desarrollarse, los
avances de la revolución científico-técnica estaban manifestándose
en Europa. Una realidad que se basa en leyes exactas y órdenes a
seguir produce en el individuo desasosiego y este se manifiesta en la
deshumanización que produce la alienación a la que es
sometido el individuo por el avance tecnológico y la
industrialización creciente. El malestar emocional resultante es el
causante de la aparición de nuevas formas de evasión que la
literatura romántica provee: empiezan las crónicas sobre viajes, el
exotismo, la necesidad del exilio, la exaltación de los sueños, la
búsqueda de reposo, la muerte como evasión. Lo que se evidenciaba
con esto era que no existía una certeza absoluta acerca del valor de
la vida en la tierra. El principio de realidad se imponía sobre
consideraciones individuales, la razón de estado suprimía
libertades civiles y el hombre se sentía cada vez menos dueño de lo
que acontecía a su alrededor. Entonces apareció como respuesta a la
crisis, al malestar colectivo, el credo romántico.
El
credo romántico
La
sencilla descripción natural de hechos y cosas, paisajes y momentos
que hacían al hombre uno con la naturaleza, era la manera específica
con la cual el romántico describía estados del alma, forma de
acción perdida por la insensibilidad causada en el hombre
habida cuenta del desarrollo tecnológico y el avance científico que
de un modo progresivo lo fue deshumanizando (por la alienación
promovida) y lo hizo cada vez más indiferente ante su realidad
natural.
El
romanticismo fue en sus comienzos un fenómeno cultural de países
desarrollados, sobre todo europeos, donde el progreso se evidenciaba
en la continua deshumanización del hombre por la alienación que el
progreso supone y la continua necesidad de éxito, producida ésta
por el avance del proceso tecnológico y el progresivo abandono de
valores morales y espirituales; por tanto el romanticismo buscaba
restablecer la sensibilidad perdida, teniendo en cuenta el avance
tecnológico y la continua realidad de la máquina en una avanzada de
progreso, producto de la Revolución Industrial.
- Tiene por objetos preferentes: el amor, con sus aspiraciones infinitas y la religión, como satisfacción de ellas.
- Algunos de sus temas son la patria y la naturaleza. La naturaleza es mirada no por sí misma, sino en relación con el sujeto, bajo los aspectos que despiertan el sentimiento de más allá (aspiración al infinito, nostalgia, recuerdo).
- Su manera propia de ver las cosas es traspasar los límites de ellas: los límites del espacio, en lo sensible y objetivo, para buscar relaciones más profundas con sus causas invisibles o con el espíritu.
- Por significar todo eso una concepción especial de la vida, aspira a encontrar una forma propia y prescinde, sobre todo, de la imitación clásica.
Las
características
El
romanticismo fue “un estilo de vida que afectó a las
creencias políticas a través de los grandes mitos de la
revolución, la rebeldía a la tiranía, la lucha por la
libertad y la grandeza de los ideales nacionales; afectó también a
los valores sociales con su tendencia simplista y retórica a
asimilar la bondad con la pobreza y el sufrimiento, y la maldad con
la riqueza, el poder y el nivel de vida; por último creó un
peculiar sentido de lo espiritual, exaltando la irrealidad y la
ensoñación por encima de lo material y cotidiano, y premiando la
libre manifestación de los sentimientos como un acto de afirmación
de lo individual, lo irrepetible, lo diferente y lo extraño
onírico”.
Los
caracteres esenciales del romanticismo
Surgen
de la experiencia y también de los modos de ser de los hombres en
cada región geográfica:
- El Sentimiento del Infinito: un sentimiento inefable que los románticos cantaron y loaron desde el inicio, porque supone el anhelo de algo inabarcable.
- El Recuerdo: Como momento pasado, el recuerdo transporta y ahonda el dolor del poeta, a la vez que maravilla con su vivificante influjo. El romántico siente hondamente el melancólico placer del recuerdo.
- El Amor: Tanto el infinito como el recuerdo tienen relación directa con el amor porque de éste derivan las dichas y penas que el romántico llega a sentir. El amor es el centro de las preocupaciones de la vida del romántico, porque de él depende todo. Pero es efímero, como todo en la vida. De él solo queda la añoranza.
- El Patriotismo: ineludible resulta cantar loas a la propia tierra. Es el humus que nutre la semilla romántica. Por supuesto, el alejamiento de la patria alimenta también la melancolía romántica y la ejercita.
- La Naturaleza: El orden natural, en su extensión, tiene las características del infinito inconmensurable pero conocido por el romántico. Es éste quien luego equipara la divinidad con la Naturaleza y una llega a ser otra. Incluso se habla de dos que hacen uno (Naturaleza y Dios, panteísmo). La subjetividad juega aquí su importante papel, al igual que la imaginación. Incluso, puede hablarse de cierto antropomorfismo por la similitud entre paisajes y estados contemplativos del alma.
Extraído
de Mejía González, Fabián. “Visión de mundo de los románticos
colombianos, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2010
Baudelaire
y el Romanticismo
Baudelaire
puede ser considerado uno de los últimos románticos, sin embargo,
las diferencias entre su poesía y la poesía romántica son mayores
que sus semejanzas. Si toma de este movimiento muchos de sus temas
más importantes (su concepción del poeta como un ser excepcional
pero exiliado y solitario, el gran impulso dado al sueño y a las
fuerzas irracionales, la valoración de los subjetivo y de la emoción
por encima de la mesura y la racionalidad, etc.) sin embargo, difiere
de él porque en su obra estos temas adquieren una condensación y
una intensidad que los transforma, muchas veces radicalmente.
a)
“Mal del siglo” y “Spleen”. A partir de Chateaubriand parecía
la nota predominante en el romanticismo y que consiste en la soledad
y melancolía profunda del poeta, en Baudelaire se transformará en
tedio, hastío, “spleen”, es decir, en un sentimiento más
radical y que puede traducirse como “hastío” pero que incluye el
asco de sí mismo y que se ha descrito incluso como una inmóvil e
impotente desesperación, sentimientos que exceden al romanticismo.
En efecto, mientras el poeta de ese movimiento puede encontrar casi
siempre reposo en la naturaleza o en sí mismo, la poesía de
Baudelaire, en cambio, nos muestra a alguien que para escapar de la
trivialidad del mundo o del fracaso en su intento de alcanzar el
ideal o la belleza pura, vuelve a sí mismo para hundirse en la
perversidad que lo llevará a la destrucción y a la muerte.
b)
La naturaleza. Del mismo modo sucede con la naturaleza, que en
Baudelaire aparece cuando es pura y apacible, como inalcanzable
región, más allá de las posibilidades concretas del hombre,
idealizada y convertida en el polo de una tensión ascendente. Pero
la que predomina en sus poemas es la naturaleza distorsionada,
contaminada, deformada y artificial de la ciudad, el producto de la
técnica y de la civilización que Baudelaire despreciaba. O también
la presencia de la descomposición, la enfermedad y la muerte.
c)
Concepción del poeta. También su concepción del poeta, de su
misión y de la función de su poesía, aunque arrancan del
romanticismo, presentan divergencias extremas. Aunque sigue siendo
considerado como un ser excepcional que descubre y alumbra el camino
a seguir y en eso Baudelaire retoma el tema romántico, sin embargo
ahora es un ser sufriente, rebelde, que puede llegar a ser
desafiante.
Spleen
e Ideal
el
punto de partida de la experiencia de Baudelaire es disonante dual.
Hay en él un doble impulso, uno ascendente hacia el ideal, la
pureza, otro descendente, destructor, hacia el mal, el hastío, el
“spleen”. En sus “Diarios íntimos”, dice en “Mi corazón
puesto al desnudo (...) Hay en todo hombre, a toda hora, dos
postulaciones simultáneas, una hacia Dios, la otra hacia Satán. La
invocación a Dios o espiritualidad es un deseo de subir de grado; la
de Satán o animalidad es una alegría de descender”. Esta
observación, es, como el poeta lo dice, válida para todo hombre.
Pero en él las dos son llevadas al extremo por la enorme lucidez de
su conciencia y también por su exigencia que le hace no aceptar
términos medios. Será capaz de sentir el éxtasis o el horror, pero
rechazará toda posición tibia.
“Spleen”
o el tiempo destructor.
“Ideal”
o el tiempo recobrado.
Extraído
de:Mirza, Rogelio. Baudelaire. Manual de Literatura. Ed. Técnica
S.R.L.
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